miércoles, marzo 29, 2006

Sueños de divan

Hermafrodita

Son las 3 de la tarde, minutos mas minutos menos, me siento terriblemente aburrido pero con ganas de hacer algo aunq no algo q demande mucho esfuerzo, quiero salir a dar una vuelta, eso nada mas: una vuelta.
Voy a mi cuarto y abro el placar, extiendo mi mano y saco a mi hermafridota tomandolo por la remera.
–vamos a dar una vuelta- le digo, mientras me doy cuenta q esta en algun tipo de trance….no me contesta.
–vamos a dar una vuelta- repito
–no puedo- me dice en forma automatica
-¿por q? ¿q pasa?- pregunto algo asustado
-no puedo……me estoy reproduciendo- lo meto al placar de un empujon, un poco asqueado, tratando de apoyar lo menos posible mi mano sobre su pecho casi con la punta de los dedos.
Me siento desolado, -¿para q tener un hermafrodita en mi placar si no lo puedo usar?- pregunto en voz alta; no espero q nadie me responda pero tampoco escucho mi eco, me doy cuenta q mi cuarto no tiene paredes y el piso se continua con un cielo azul, casi negro, completamente vacio sin estrellas ni planetas.
Vuelvo al living, me recuesto en el sillon y me quedo contemplando el lomo de un libro q tiene impreso en letras gruesas “manual de malezas”.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

se te escaparon un par de patitos de la fila me parece eh?

11:54  

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